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lunes, 8 de septiembre de 2014

EMPRENDER CON LOS CINCO SENTIDOS

Emprender no es una tarea fácil. No es una tarea en la que te definas echándole horas y nada más. Se trata de algo mucho más complejo. Para ser emprendedor hay que serlo con los cinco sentidos.

Hay que serlo con la mirada: buscando la oportunidad, siendo consciente de lo que ves, estando atento.  Todo lo que mires lo tienes que ver con la mirada del emprendedor. Imagina que ya tienes tu empresa, ya estás dedicándote a lo que más te gusta, ¿Cómo te sientes?, desde ahí es desde dónde tienes que mirar todo lo que te rodea. En la calle, en el trabajo, con los amigos, en cualquier lugar en el que te encuentres, tu mirada ha de ser emprendedora, viendo todas las alternativas posibles para poder elegir la más conveniente para tu empresa.

Hay que serlo con el oído: sabiendo escuchar, dejando hablar al otro con la intención de comprenderlo. Con una escucha activa en la que prestemos atención a lo que nos dicen para poder responder con la mejor de nuestras respuestas. Sabiendo que el otro se siente escuchado, entendido y comprendido.
También sabiendo escuchar a tu propio cuerpo, siendo consciente de lo que te dice tu cuerpo, escuchando las sensaciones de cansancio, armonía, dolor, bienestar… Escucha y acepta esas sensaciones tal como son, sin rechazarlas.

Hay que serlo con el tacto: coge con tus manos un objeto relacionado con tu trabajo, con tu empresa, con tu pasión. Nota como ese objeto está a tu servicio, cierra los ojos y siente cómo ese objeto te va a ser útil en tu cometido. Puede ser un bolígrafo, el teclado del ordenador, una agenda, o cualquier otro objeto que sirva para que puedas desarrollar tu trabajo. Agradécele a ese objeto lo que está haciendo por ti. Es el transmisor que facilita tu tarea. Siéntelo.

Hay que serlo con el olfato: entra en tu lugar de trabajo y percibe todos los olores que puedas distinguir. Nota cómo esos olores corresponden a cosas que tu conoces y hasta entonces no habías percibido su aroma. Intenta buscar a qué corresponde cada olor. Siente las distintas fragancias que se mezclan en tu empresa. Vive esos olores como algo que te va a hacer ser mejor. Embriágate con los aromas de cada objeto que te ayuda en tu trabajo.

Hay que serlo con el gusto: degusta la sensación de plenitud que te queda cuando consigues superar un reto. Ese sabor a victoria, a meta conseguida a superación. Percibe también el sabor agridulce que te queda cuando no has conseguido un objetivo. Aprende a transformar ese sabor en el dulzor del aprendizaje, después del esfuerzo no hay derrotas sino aprendizajes que harán que te superes cada día.


Si eres capaz de conseguir vivir tu etapa de emprendimiento con los cinco sentidos, tendrás mucho camino recorrido.  Un emprendedor tiene que sentirse emprendedor, tiene que respirar y notar a través de todos los poros de su piel ese aire nuevo y fresco que llega cuando estás viviendo de lo que más te gusta hacer. VIVIENDO TU PASIÓN.

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