Hay dos caminos por donde puede
transitar nuestra vida. La única manera de progresar en nuestro día a día es no
echar la culpa a los demás de las cosas que nos ocurren. Si pensamos que no
hemos tenido suerte, que no nos han favorecido las circunstancias, que los
demás siempre resultan beneficiados con respecto a nosotros, nos sentimos
víctimas.
La
víctima es considerada por todos como alguien débil a quién hay que proteger.
Esto hace que, en ocasiones, merezcan la atención y simpatía de los demás. Y,
al sentirnos víctimas buscamos compasión en los otros.
No
somos conscientes del hecho que al haber tenido muchos fracasos estamos en la
mejor condición para comenzar una nueva vida, pues somos verdaderos expertos en
conocer cómo no deben hacerse las cosas.
Si
de verdad sabemos lo que hemos hecho mal, estamos en las mejores situaciones
para no repetirlo en el futuro, y esto nos puede acercar un poco más al éxito.
Podemos
mirar lo que sucede como una catástrofe y convertirnos en víctimas o podemos
elegir mirarlo como una oportunidad de crecimiento y convertirnos en
protagonistas. Va a depender del grado de responsabilidad que adquiramos.
Al
mirar las cosas desde la responsabilidad vamos a encontrarnos con nuevas
posibilidades de acción que antes no veíamos. Con una actitud mental más
positiva y constructiva.
Nada
solucionamos culpando a los demás. Si las cosas nos han sucedido debemos
aceptarlo y asumir nuestra responsabilidad. Se consiguen más progresos actuando
de esta manera.
Hay dos caminos por donde puede transitar nuestra vida. El éxito o el fracaso, la responsabilidad o el vistimismo. Y sólo depende de nosotros. Es nuestra decisión tomar un camino u otro.
¿Dónde quieres estar tú?
¿Eliges ser víctima y te instalas en la queja?
¿O te responsabilizas y actúas?
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