Estoy seguro que en alguna ocasión has experimentado uno de
esos momentos en los que te sientes poseído por un profundo sentimiento de gozo
creativo, un momento de concentración activa, de absorción total en lo que
estás haciendo, ese momento en el que notas que se detiene el tiempo, o que
pasa tan deprisa que no te das cuenta.
Se trata de lo que Mihaly Csikszentmihalyi describe como
“estados de experiencia óptima” y que describe con gran maestría en su libro
Flow, Fluir en su edición en castellano.
Este estado de flujo representa un pico de autorregulación,
el punto de aprovechamiento máximo de las emociones al servicio del rendimiento
o el aprendizaje. Cuando experimentas este estado eres capaz de canalizar tus
emociones positivas con el fin de realizar una tarea con energía. Es un estado
de mucha concentración en el que sientes una alegría espontanea.
Algunas de las características de esta experiencia de flujo
son: concentración muy intensa e inalterable, ágil flexibilidad para reaccionar
ante nuevos problemas, máximo rendimiento de nuestras capacidades y una
sensación de placer, de máxima felicidad que deriva de la actividad que estamos
realizando en ese momento.
Alcanzar la experiencia de flujo te permite aprovechar al
máximo tu talento. Existen algunas formas de llegar a ella como: ajustar la demanda para adaptarla
a tu capacidad. Si no estás muy motivado, tienes que aumentar la dificultad
para que el trabajo te resulte más interesante. Y si estás agobiado tienes que
reducir la demanda. Otra forma es practicar asiduamente las habilidades que
necesites para que éstas sean más óptimas y, es fundamental, mejorar la
capacidad de concentración y atención.
Una excelente estrategia para aumentar las posibilidades de
entrar en fase de flujo es practicar a diario algún método para mejorar la
concentración y la relajación. No se trata de realizar sesiones de meditación,
que también pueden resultar muy positivas, sino de realizar cualquier actividad
que suponga para ti relajación, puede ser salir a pasear por el campo, sacar al
perro, jugar con los niños, sentarte a leer una novela, todo aquello que te
tranquilice.
Lo fundamental para aumentar tu concentración es dirigir la
atención a un asunto determinado, que puedes llamarle 1 y, cuando tu mente se distraiga
hacia otro asunto, el 2, 3, 4 o 5 y te des cuenta, tienes que hacerla volver al
1. Cada vez que rediriges tu mente distraída hacia un estado de atención estás
ejercitando tu concentración y fortaleciendo tu atención.
¿En qué momentos de tu vida experimentas estados de flujo?
¿Qué puedes hacer para conseguir que esos momentos sean más
duraderos?